Apunte 6.1: Aproximación histórica a la agricultura.

 Aproximación histórica a la agricultura.     

Por: Félix Rincón.



milpa semilla transgénicas

Imagen 1: Milpa. Recuperada de https://idp.cimmyt.org/los-cuatro-fantasticos-de-la-milpa/


El ser humano desde sus orígenes ha tenido una estrecha relación con su hábitat, aprendiendo a convivir y a dominar a las fieras, al igual que aprovechó los elementos naturales para generar vivienda y procurarse bienestar. Las comunidades nómadas, que se caracterizaban por ser cazadoras-recolectoras se empezaron a sedentarizar. A partir de allí tuvieron la necesidad de empezar a tener rebaños de animales que les procuran carne, leche, y pieles para sus abrigos y tiendas. El Dr. ingeniero agrónomo José Maroto, en su texto Historia de la Agronomía: Una visión de la evolución histórica de las ciencias y técnicas agrarias (2014), afirma que algunas teorías antropológicas “subordinan el cultivo de plantas y la domesticación de animales a la necesidad que tenían los sacerdotes de ofrecer libaciones y sacrificios a los dioses de forma continuada y regular” (p. 30). Lo anterior indica que el fenómeno religioso fue un factor importante en el proceso de sedentarización de las primeras comunidades, en tanto que necesitaban animales y plantas para sus rituales.

Siguiendo a Maroto (2014) “En un principio […] el hombre serpia predador, es decir se alimentaría de los animales que cazara y de los frutos y raíces que le ofrecieran de forma natural las plantas próximas a él” (p. 21). Pero a medida que se sedentarizaron, emergió la necesidad de cultivar para reemplazar las frutas y demás alimentos que ya no recolectaban. Recogieron semillas y rescataron plantas de sus estados naturales, para sembrarlas en sus asentamientos. Capturaron animales e indujeron a su reproducción para procurarse proteína y abrigo. Esa domesticación de plantas y animales vendría siendo los inicios de la agricultura y la ganadería (Maroto, 2014, p. 25). A partir de allí se empiezan a desarrollar, mediante ensayo y error, técnicas para la producción controlada. Así se empiezan a generar las primeras técnicas de riego, se comienza a cultivar cerca de los ríos, al igual que se crean canales de irrigación. Con la domesticación de animales también se da inicio a las primeras técnicas de arado, y el transporte de herramientas y cosechas.

Una característica importante de las comunidades sedentarias agrícolas del neolítico es la íntima relación que se da entre el ser humano y sus dioses, relación que parte de la mitología y se desarrolla ritualmente en el plano físico, en la naturaleza. Es por ello que en los mitos de distintas culturas se presenta a la naturaleza como el lazo que une a los dioses con el hombre, y el campo donde se manifiestan las deidades. En la cultura egipcia, por ejemplo, “Osiris en principio fue dios de la agricultura, pues enseñó a los hombres el cultivo de las plantas” (Maroto, 2014, p. 96). La cultura musulmana y judeo-cristiana, de igual manera, tienen en sus textos sagrados concepciones de una tierra prometida, incluso la vida después de la muerte es en un paraíso “yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso” (Vaticano, 1990, Lucas 23: 43). Por su parte, comunidades indígenas de la Amazonía practican rituales para agradecer y pedir por sus cosechas. Se puede apreciar que las comunidades agrícolas preindustriales, ven en la naturaleza la manifestación divina, o es en sí misma una diosa, digna de ofrendas y rituales.

La mitología, entonces, plasmaba una armonía que se debía llevar al plano productivo, un ejemplo de ello fue Roma, y gran parte de Europa, que cultivaban bajo el sistema del barbecho, que consiste en cultivar y dejar descansar la tierra uno o dos ciclos. La armonía llevada a la agricultura se evidencia también en las comunidades indígenas latinoamericanas que practican el sistema de producción agrícola llamado Milpa, que es una mezcla entre el barbecho y la rotación de cultivos, y que busca priorizar el descanso de la tierra para garantizar mejores cosechas. El sistema de producción amerindio Milpa consiste en la siembra de la parcela con tres o cuatro productos, el maíz, la calabaza, el fríjol y el ají (Ponce, Caso, y Aliphat, 2012, p. 79). Primero se siembra el ají, luego el maíz y la calabaza, y por último el fríjol. El ají empieza a crecer, y sirve como repelente de plagas por el aroma que expele, y cuando es cosechado, se hace una preparación que se usa como fungicida e insecticida. El maíz comienza a crecer al mismo tiempo que la calabaza, ésta tiene varias funciones, aparte de servir de alimento, la planta de la calabaza, al ser rastrera, evita que crezca la cizaña; de igual manera, brinda sombra al terreno, evitando la pérdida de humedad del sustrato por evaporación. La planta de maíz sirve como estructura para que crezca el fríjol de manera vertical, y éste último, por su parte, da fruto y fija por sus raíces nitrógeno al suelo, el cual es indispensable para la nutrición de las plantas.

Siguiendo a Maroto (2014) hacia la edad media se siguieron desarrollando mejoras en la agricultura. La rueda permitió generar arados más profundos de la tierra, lo que genera una mayor oxigenación de la misma, que equivale a una mejor alimentación, crecimiento y producción de las plantas. Se cambia el uso de los bueyes por caballos para tirar de los arados, y esto fue producto de un importante avance como fue la invención de la herradura. Se extiende la construcción de molinos de viento para la extracción de agua para el riego (p. 105). También se mejora en el uso y aprovechamiento del suelo, cultivar arroz en terrenos inundables fue un claro ejemplo de ello. Lo que se rectifica es que el avance en un campo de acción, repercute inevitablemente en muchos otros.

Para el siglo XVIII se empiezan a desarrollar grandes cambios producto de la revolución industrial. La máquina a vapor permitió la creación de máquinas agrarias como la sembradora, la trilladora y la segadora mecánica. Para dicha época también se dan cambios en la percepción de la tenencia de la tierra (Maroto, 2014, p. 116). Se empieza a afirmar que para que la tierra sea mayormente productiva, la tierra debe ser de propiedad particular y no común, de este modo se empieza a expropiar a los campesinos de sus tierras, e inician los cultivos de manera industrial, y Colombia no fue la excepción 

Con la llamada independencia de España y la llamada formación de la república, no cesaron ni la ofensiva de los gobernadores y los terratenientes por arrebatar la tierra a los indígenas […] Desde 1820 y hasta hace unos diez años fue casi una obsesión de todos los gobiernos y los partidos políticos la liquidación de los resguardos indígenas como manera eficaz para disolver las comunidades, arrebatarles la tierra por la violencia o a menor precio y reducir a los comuneros a la condición de jornaleros y esclavos de las haciendas. (Sánchez, y Molina, 2010,  p. 198)

El despojo y la privatización de tierras fortalecen la acumulación de capital, para lograr un control comercial y político.

Las naciones colonizadoras tenían la presión de los comerciantes que buscaban beneficiarse económicamente de las colonias, pero es bien sabido que a medida que las sociedades progresan, estas empiezan a demandar más por sus derechos, es por ello que aquellas naciones desisten de sus colonias, porque seguir allí les generaría gran pérdidas económicas producto de la inversión social que demandaban los pueblos. Los colonizadores, entonces, ceden el control territorial a la clase gobernante local, pero jamás renuncian al lucro que devengan de ellas.

Tenemos pues, una evolución del modelo, ya no hacen un dominio mediante la posesión territorial, sino que hacen un control económico, ya que “la relación entre Estado y capital en términos puramente nacionales se ha modificado de manera sustancial en nuestro tiempo, de ahí la creciente importancia de los bloques económicos y la centralidad de los llamados grupos de capital” (Pérez, p. 25), es decir, mediante la desterritorialización el capital supera las soberanías territoriales. Las transnacionales se entienden económicamente con los Estados para la explotación de todo tipo de recursos, incluida la mano de obra, sin necesitar de la posesión territorial para ello, sino mediante el proceso abstracto de financiarización, que se centra en el endeudamiento público de países pobres a través de bonos.

Entrado el siglo XIX se intensifica en la investigación y fabricación de abonos químicos, y posteriormente se extiende su uso a nivel mundial. Con el avance de la ciencia se empieza a trabajar en la manipulación genética de semillas para que las plantas sean más resistentes a plagas, cambios climáticos y demás factores externos. Luego se genera la inserción de esas semillas a nivel mundial, mediante alianzas comerciales entre naciones y transnacionales. Desde los Congresos se generan leyes, que serán apropiadas e impartidas como políticas públicas por los Ministerios de Agricultura a las entidades territoriales de control agrícola, que estimularán el uso de las semillas modificadas y  prohibirán las semillas nativas. En este punto se puede decir que la naturaleza pasó de ser la diosa digna de honores, a ser materia prima que se explota y se comercia de manera indiscriminada.





Bibliografía:

Maroto, J. (2014). Historia de la Agronomía: Una visión de la evolución histórica de las ciencias y técnicas agrarias. Segunda edición. Madrid, España: Ediciones Mundi-prensa

Pérez, O. (2007). TLC y pueblos indígenas: entre el saqueo y la resistencia. Bogotá, D. C., Colombia: Colección Autonomía Indígena.

Ponce, Caso, & Aliphat. (2012). El sistema Milpa roza, tumba y quema de los Maya Itzá de San Andrés y San José, Petén Guatemala. Revista Ra Ximhai. Vol. 8 (2), 71-92.

Sánchez, E y Molina H. (2010). Documentos para la historia del movimiento indígena colombiano contemporáneo. Bogotá, D. C., Colombia: Ministerio de cultura.

Vaticano (1990), Recuperado de: http://www.vatican.va/archive/ESL0506/__PW5.HTM


Comentarios

Entradas más populares de este blog

Apunte 10: Las economías del sentir: apología del truque y el regateo desde el pensamiento indígena de Abya Yala.

Apunte 9: Golpe Blando en Colombia: una radiografía desde el reclamo del Movimiento AISO a la Revista Semana.

Apunte 12: Liberación de la mujer: breves consideraciones desde la erótica de la liberación.